sábado, 10 de diciembre de 2011

Fernando Maximiliano de Habsburgo.
(PRESIDENTE DE 1864-1867)


Maximiliano llegó al puerto de  Veracruz el 28 de mayo de 1864 entre el júbilo y algarabía de los conservadores. La travesía a la Ciudad de México le ofreció un panorama distinto: un país herido por la guerra y profundamente dividido en sus convicciones. Al llegar a la ciudad escogió el Castillo de Chapultepec como residencia y mandó trazar un camino que le conectase a la ciudad (el actual Paseo de la Reforma). Como el emperador y la emperatriz no podían tener hijos (Maximiliano había enfermado de sífilis en su expedición a Brasil) decidieron adoptar los nietos de Aguitín de Iturbide, el primer emperador mexicano.
Muy poco disfrutó Maximiliano del apoyo conservador. Siendo un hombre de convicciones liberales, miembro de la masonería y en México del Rito escocés antiguo y aceptado, se interesó muy pronto por el programa de los republicanos y adoptó algunas medidas tendientes a la reconciliación y acordes con sus ideales, como el reparto de las tierras, la libertad de culto y el derecho al voto de los desposeídos, lo cuál causó un profundo descontento entre las filas conservadoras. Los liberales vieron los cambios con simpatía pero su cúpula, encabezada por el,presidente Benito Júarez permanecía firme en su intento por derrotar a la monarquía, a las tropas francesas que le apoyaban y en su deseo de regresar a un régimen nacional y republicano, inspirado en el modelo estadounidense.
Al final los cambios políticos a nivel internacional repercutieron en el Imperio Mexicano.

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